El romanticismo es un movimiento ideológico, estético y artístico que se inicia en el siglo XVIII y alcanza su plenitud en el XIX, y que va a suponer el abandono de la razón y el canto a los sentimientos, exaltando la personalidad, la libertad, el amor, el honor y el patriotismo, lo que conlleva a un resurgir de la poesía, tanto en la calidad como en la cantidad de poetas.
Los lugares donde se reunían los románticos eran muy diversos. Fuera de las redacciones de las revistas románticas, existían determinadas tertulias, como por ejemplo El Parnasillo en Madrid, o, en París, El Arsenal, del cual, si hemos de creer a Alphonse de Lamartine, «era la gloria Víctor Hugo y el encanto Charles Nodier» (Las Noches, de Alfred de Musset, precedida del estudio de dicho poeta por A. Lamartine. Madrid: Biblioteca Universal, 1898). En este cenáculo reuníanse entre otros Alfred de Musset, Alfred de Vigny, Boulanger, Deschamps, Emile y Antoine Sainte-Beuve, etc. También los rusos tuvieron su cenáculo: la Sociedad del Arzamas.
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Heinrich Heine |
Otros nombres del romanticismo alemán son Friedrich Gottlieb Klopstock (1724-1803), Clemens Brentano (1778-1842), August Hallermünde (1796-1835), Eduard Mörike (1804-1875) y Nicolaus von Strehlenau (1822-1850).
Rosario Weiss, “Alegoría de la Atención” (dibujo a lápiz, 1842) - Museo del Romanticismo - |
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Gran Bretaña
William Wordsworth |
Hay que señalar, a modo de apéndice a la poesía inglesa, la incorporación de los Estados Unidos a la literatura, con la figura de Edgar Allan Poe (1809-1849) cuyas obras narrativas y poéticas siguen siendo, hoy en día, fuente de inspiración de músicos, cineastas y escritores.
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Mihail Lermontov |
Victor Hugo |
Otros autores importantes para esta etapa son Gérard de Nerval (1808-1855), Alfred de Vigny (1797-1863), Alfred de Musset (1810-1857), y Théophile Gautier (1811-1872), quien inicia la transición a tendencias contemporáneas.
Théophile Gautier |
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Italia
Giacomo Leopardi |
Además de Alessandro Manzoni también destacó en este período Giacomo Leopardi (1798-1839), cuya desgraciada vida le lleva al pesimismo y a la melancolía, y éstas, a través de una perfección en las formas, a ser una de las figuras vitales de la poesía europea. Fue Leopardi uno de los grandes poetas románticos más reconocidos en Europa y su cuerpo deforme, así como su salud débil influyeron en un carácter sombrío y pesimista, que se refleja en muchos de sus poemas, muy románticos en su contenido aunque de forma clásica. Fue también Gioacomo Leopardi un notable prosista, tanto en su diario Zibaldone, como en sus Obrillas morales, diálogos en los que expone el sinsentido de la vida.
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España
Gustavo Adolfo Bécquer |
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Si quieres disfrutar
con el perfume de los versos
del "romanticismo",
no lo dudes ni un momento más ...
y elige al poeta al que quieres acompañar
para transportarte a su tiempo
y mecerte con su brisa.
Poetas románticos ordenados cronológicamente:
Poetas románticos ordenados cronológicamente:
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(1724-1803)
Friedrich Gottlieb Klopstock
"La fiesta de la primavera"
" ¡No quiero lanzarme al océano
que abraza los cuerpos celestes todos!
¡No elevarme hasta donde los primeros que fueron creados,
los coros jubilosos de los hijos de la luz, adoran,
adoran con profundo fervor,
y pasan su existencia embargados en el éxtasis!
Sólo quiero flotar y adorar,
en derredor de la gota del cubo,
en derredor de la tierra.
¡Aleluya! ¡Aleluya!!
¡También la gota del cubo fluyó
de la mano del Todopoderoso!
Cuando de la mano del Todopoderoso
surgieron las Tierras más grandes,
Cuando los torrentes de luz surcaron, veloces, el espacio,
y se convirtieron en Oriones:
¡Entonces fue cuando la diminuta gota salió
de la mano del Todopoderoso!
¿Quiénes son los miles y miles,
los centenares de miles de miríadas que pueblan la gota?
¿Y los que la poblaron? ¿Quién soy yo?
¡Aleluya al Creador!
¡Más veces que cuantos planetas
hay que por él surgieron!
¡Más veces que Oriones hay, surgidos al confluir
y fundirse los rayos de la luz!
Pero tú, luciérnaga primaveral
que juegas a mi lado, dorada y verdosa:
¡Tú vives y quizás. no eres ... Ay, inmortal!
He salido a fuera a adorar, ...¿y lloro?
Perdónale, perdónale a este ser finito
También estos sus sueños,
¡Oh tú, que siempre serás!.
Tú desvanecerás todas mis dudas
¡Oh tú, que me guiarás
por el obscuro valle de la muerte!
Será entonces cuando lo sepa:
¿Tenía alma la dorada luciérnaga?
Si tú, luciérnaga, sólo eras polvo moldeado
¡entonces vuelve a convertirte de nuevo
en polvo volátil o en lo que quiera el Eterno!. "
"La muerte de Cuthullin"
¿Es el viento sobre el escudo de Fingal,
¿O es la voz de los tiempos pasados en mi salón?
Porque eres agradable, ¡canta dulce voz!
Te llevas mi noche con dicha.
Canta, oh Bragela, hija del zurdo Sorglan.
Es la blanca ola de la roca
y no las velas de Cuthullin,
a menudo la niebla insinuando
el barco de mi amado me engaña,
Cuando como un espectro se levanta
y extiende sobre el viento sus grises faldas.
¿Por qué retrasas tu llegada, hijo del generoso Semo?
Cuatro veces ha vuelto el otoño con sus vientos,
levantando los mares de Torgoma,
¡Desde entonces has estado en el trueno de las batallas
y lejos de la remota Bragela!
¡Colinas de la isla de la niebla!
¿Cuándo responderás a tus perros de caza?
pese a que las nubes forjen tu oscuridad.
¡La triste Bragela en vano te llama!
Mientras la noche desciende girando.
Se oscurece el rostro del océano.
El gallo esconde su cabeza bajo el ala.
La cierva duerme con el ciervo en el páramo.
Se levantarán con la luz de la mañana,
Y en el húmedo arroyo beberán,
Pero mis lágrimas retornan siempre con el sol,
Y mis suspiros con la noche vuelven.
¿Cuándo volverás con tus armas.
Tú, poderoso jefe de las guerras de Erin?
¡Agradable es tu voz en el oído de Ossián,
Hija del zurdo Sorglan!
Pero retírate al salón ante el rayo de la encina.
Escucha el murmullo del mar:
Que gira en Duncai contra sus muros,
Deja que el sueño caiga sobre tus azules ojos.
¡Deja que el heroe se alce en tus sueños!
Cuthullin está sentado ante el lago Lego,
viendo el oscuro girar de las aguas.
La noche rodea al héroe.
Sus huestes se extienden por el brezo.
¡Cien encinas arden en el centro!
El festín humea a sus anchas.
¡Dulce sea tu descanso en las cavernas,
Jefe de las guerras de Irlanda!
Bragela no esperará tu vuelta,
Ni sobre la espuma del océano verá tu llegada.
Sus pasos no están sobre la playa,
Ni su oído atento a la voz de los remeros.
Ella se sienta sola en el salón,
Viendo las armas del que ya no existe.
¡Tus ojos llenos de lágrimas,
Hija del zurdo Sorglan,
Bendita en la muerte sea tu alma,
Oh, jefe de la umbrosa Tura!
@James Macpherson
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"Agua, puro elemento, ..."
Agua, puro elemento,
dondequiera abandonas tu mansión subterránea,
hierbas verdes y flores de brillante color
y plantas con sus bayas,
surgiendo hacia la vida, adornan tu cortejo;
y en el estío, cuando el sol arde,
veloces insectos resplandecen y, volando, te siguen.
Si falta tu bondad, resuella el bosque,
y ciervo y cierva y cazador con su venablo, juntos languidecen y caen.
No deja de sentirse en el alma turbada tu benigna influencia;
y tal vez en la entraña marmórea de la tierra,
donde sufren tormento espíritus que lloran gracia y bondad perdidas,
tus murmullos apagan su angustia
y a los tuyos mezclan sus dulces cantos.
@William Wordsworth
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Dadme un estío más, oh poderosas,
y un otoño, que avive mis canciones,
y así, mi corazón, del dulce juego
saciado, morirá gustosamente.
El alma, que en el mundo vuestra ley
divina no gozó, pene en el Orco;
mas si la gracia que ambiciono logra
mi corazón, si vives, poesía,
¡sé bien venido, mundo de las sombras!
Feliz estoy, así no me acompañen
los sones de mi lira, pues por fin
como los dioses vivo, y más no anhelo.
(Versión de Otto de Greiff)
@Friedrich Hölderlin
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"Helada a medianoche"
La helada cumple su secreto oficio
sin ayuda del viento. Un búho deja
su chillido en la noche -escucha- inmensa.
Todos descansan ya y me entrego a esa
soledad que propicia el desvarío.
Tan sólo queda junto a mí, en su cuna,
el reposado sueño de mi hijo.
¡Es tan tranquilo! Tanto que perturba
el pensamiento con su extremo y raro
silencio. ¡Mar, colina y arboleda,
junto a este pueblo! ¡Mar, colina y bosque
con los hechos diarios de la vida,
inaudibles cual sueños! La azul llama
se aquieta en el hogar y ya no tiembla;
sólo esa cinta interrumpe la calma,
agitándose aún sobre la verja.
Su meneo en la calma de esta escena
le da una semejanza con mi vida,
la toma una amistosa forma cuyo
endeble flamear hace un juguete
del pensamiento y es interpretada
a su modo por el alma, que busca
en cada cosa espejo de sí misma(...)
(Versión de Gabriel Insuasti)
@Samuel Taylor Coleridge
"Himnos a la noche"
¿Ha de volver siempre la mañana?
¿Jamás terminará el señorío de lo terrenal?
Desdichada actividad estorba el celestial vuelo de la noche.
¿No arderá eternamente el secreto sacrifico del amor?
Les ha sido medido su tiempo
a la luz
y a la vigilia...
Pero la soberanía de la noche es sin tiempo,
la duración del sueño es eterna.
¡Sueño sagrado!
Nunca dejes de traer la felicidad
a los consagrados a la noche,
en este trabajo diario de la tierra.
(traducción de José María Valverde)
@Novalis
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(1778-1842)
"Romancero del rosario" (fragmento)
Han cantado tanto canto
y una sola es su canción:
la red mágica, el encanto,
y la gracia, el corazón.
Nada oí, oí tan sólo
tu pecho infantil latir;
y sobre él soñaba dulce
mi alma, abierta sólo a ti.
Sólo oí de mirto ondeante,
y del sonreírme el lis,
de celajes por la luna,
de astros mirándome á mi.
Sólo oí: "Dulce es la tilia;
leve, el corzo, el pez, cristal;
juega almita dentro al niño:
ondina en el fontanal".
Lo que mece la armonía;
lo que anhela y vuela allí,
es amor que blando halaga,
del momento en el asir.
Toda esa armonía inmensa
toda teje un sólo son:
"Dulce es dulce amor; no hay nada
como esa palabra amor".
Es en él lo feo, bello;
la pobreza es rica en él;
ciérnese esa alma de niño
que á besar alienta en el.
Cómo esa visión tan pura,
fina, cándida, hoy, se ve:
sílfide sobre los prados;
una rosa es su broquel.
@Clemens Brentano
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(1785-1873)
Alessandro Manzoni
"Adios montañas"... (fragmento)
" Adiós montañas, manantiales de las aguas,
y elevadas al cielo cimas inigualables,
conocidas a quien ha crecido entre ustedes,
e impresionadas en su mente,
no menos que lo sea el aspecto
de sus familiares más allegados;
arroyos, de los cuales se distingue el estruendo
como el sonido de las voces domésticas;
villas esparcidas y albicantes sobre la pendiente,
como manadas de ovejas pacientes;
... adiós. "
@Alessandro Manzoni
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(1788-1824)
Lord Byron
"No volveremos a vagar"
Así es, no volveremos a vagar
Tan tarde en la noche,
Aunque el corazón siga amando
Y la luna conserve el mismo brillo.
Pues así como la espada gasta su vaina,
Y el alma consume el pecho,
Asimismo el corazón debe detenerse a respirar,
E incluso el amor debe descansar.
Aunque la noche fue hecha para amar,
Y los días vuelven demasiado pronto,
Aún así no volveremos a vagar
A la luz de la luna.
@Lord Byron
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(1790-1869)
Alphonse de Lamartine
( Vieja canción inglesa )
"I dare not ask a kiss"
Ni un beso... ni siquiera una sonrisa
he de pedirte yo.
Con la dicha de un beso de tus labios
no ha soñado jamás mi corazón.
¿Sabes tú lo que quiero, lo que ansío
en mi amoroso afán?
Sólo besar el aire embalsamado
que con tus alas te besó al pasar
(Versión de Ismael Enrique Arciniegas)
@Alphonse de Lamartine
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"El álamo derribado"
Gallardo alzaba la pomposa frente,
yedras y antiguas parras tremolando,
el álamo de Alcides, despreciando
la parada nube, y trueno y rayo ardiente;
cuando de la alta sierra de repente
desprendido huracán bajó silbando,
que el ancho tronco por el pie tronchando,
lo arrebató en su rápida corriente.
Ejemplo sea del mortal que en vano
se alza orgulloso hasta tocar la luna,
y se juzga seguro en su altiveza:
Cuando esté más soberbio y más ufano,
vendrá un contrario soplo de fortuna
y adiós oro, poder, favor, fortuna.
@ Ángel de Saavedra, Duque de Rivas
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(1792-1822)
Percy Bisshe Shelley
"Filosofía del amor"
Las fuentes se unen con el río
y los ríos con el Océano.
Los vientos celestes se mezclan
por siempre con calma emoción.
Nada es singular en el mundo:
todo por una ley divina
se encuentra y funde en un espíritu.
¿Por qué no el mío con el tuyo?
Las montañas besan el Cielo,
las olas se engarzan una a otra.
¿Qué flor sería perdonada
si menospreciase a su hermano?
La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa a los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?
@Percy Bisshe Shelley
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(1795-1821)
John Keats
"Esta mano viviente"
Esta mano viviente, ahora tibia y capaz
De agarrar firmemente, si estuviera fría
Y en el silencio helado de la tumba,
De tal modo hechizaría tus días y congelaría tus sueños
Que desearías tu propio corazón secar de sangre
Para que en mis venas roja vida corriera otra vez,
Y tú aquietar tu consciencia —la ves, aquí esta—
La sostengo frente a ti.
@John Keats
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(1796-1835)
August Hallermünde
"Tristán"
Aquél que con sus ojos ha visto la Hermosura,
a merced de las Parcas ha sido abandonado;
para ningún servicio es apto en este mundo;
no obstante, temblará ante la muerte,
aquel que con sus ojos ha visto la Hermosura.
Entre cuitas de amor arderá para siempre,
pues sólo un loco puede creer, sobre la tierra,
que fructifica impulso semejante:
Aquél al que ha alcanzado el dardo de Hermosura,
entre cuitas de amor arderá para siempre.
Ah, deseará secarse como los manantiales,
aspirar un veneno en cada soplo de aire,
y la muerte odorar en cada flor:
Aquél que con sus ojos ha visto la Hermosura,
ah, deseará secarse como los manantiales.
(Traducción de David Pujante)
@August Hallermünde
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(1797-1863)
Alfred de Vigny
"El baño de una dama romana"
Una esclava de Egipto, de tez negra y brillante,
de rodillas le muestra un espejo de acero;
para atar sus cabellos una virgen de Grecia
con la curva lunar une su trenza doble;
está en manos su túnica de mujeres milesias
y se lavan sus pies en jofaina de leche.
En un mármol oval jaspeado de púrpura
aguas de color rosa bañan todo su cuerpo;
luego acuden sirvientas de las tierras latinas,
vierten suaves perfumes en sus brazos inertes,
y velando los rayos de una luz importuna
bajo pliegues espesos de la púrpura untuosa,
voluptuosas descienden claridades sobre ella;
unas rompen al paso las coronas de flores,
sus colores dispersan con su rápida mano
y rociando las aguas, como lluvia, en la fuente;
su estallido de aromas cubre a la soberana,
que al azar pulsa cuerdas de su áurea lira,
piensa en el joven cónsul y se duerme en sus sueños.
@Alfred de Vigny
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(1798-1839)
Giacomo Leopardi
"El infinito"
( Canto XII )
Amé siempre esta colina,
y el cerco que me impide ver
más allá del horizonte.
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.
Escucho los silbidos del viento sobre los campos,
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz:
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas,
la realidad presente y todos sus sonidos.
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar.
Versión de Carlos López S.
@Giacomo Leopardi
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(1799-1837)
Alexander Pushkin
"Apuro sediento tu tierno gemido..."
Apuro sediento tu tierno gemido,
tu intimidad que me embriaga
y ardiente, la lengua del dulce deseo,
pasión cuyo vino no sacia.
Pero corta con ese relato,
oculta, calla tu sueño:
su llama que quema yo temo,
tengo miedo de saber tu secreto
Versión de Rubén Flórez Arcila
@Alexander Pushkin
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(1802-1885)
Victor Hugo
"Ayer, al anochecer"
Las sombras descendían, los pájaros callaban,
la luna desplegaba su nacarado olán.
La noche era de oro, los astros nos miraban
y el viento nos traía la esencia del galán.
El cielo azul tenía cambiantes de topacio,
la tierra oscura cabello de bálsamo sutil;
tus ojos más destellos que todo aquel espacio,
tu juventud más ámbar que todo aquel abril.
Aquella era la hora solemne en que me inspiro,
en que del alma brota el cántico nupcial,
el cántico inefable del beso y del suspiro,
el cántico más dulce, del idilio triunfal.
De súbito atraído quizá por una estrella,
volviste al éter puro tu rostro soñador...
Y dije a los luceros: "¡verted el cielo en ella!"
y dije a tus pupilas: "¡verted en mí el amor!"
Versión de Salvador Díaz Mirón
@Victor Hugo
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(1804-1875)
Eduard Mörike
"Canción Elfica"
Gritó de noche un policía: ¡Elfo!
Sentada frente al mar una elfa llora,
bañada en sangre, muerto y gris su sueño.
Piensa con pena que ha llegado su hora,
que su vida carece de sentido,
pues odia de los silpelits ser reina.
La elfa limpia su sangre del vestido,
anda descalza sobre fría arena,
piensa en filosofía, y en lo moral,
intenta comprender a los humanos,
e imagina una tierra sin crueldad;
busca entre asfalto, busca en todos lados,
al único mortal que le dio amor;
llega a una casa, ve una luz brillante.
¿Y esas risas que suenan a canción?
Reconozco sus caras, ya que vi antes
esos rostros alegres y felices,
la familia perfecta siempre ansiada.
¡Éste es mi hogar, superé los ardides!
¡Qué descuido! Un soldado le da caza,
se golpea la faz contra la piedra,
cierra los ojos, y su cuerpo tiembla.
@Eduard Mörike
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(1808-1855)
Gérard de Nerval
"Fantasía "
Conozco un aire por el que yo daría
todo Rosini, todo Mozart y Weber ,
Aire muy viejo, lánguido y funerario
que para mí tiene encantos secretos.
Ahora bien, cada vez que lo oigo
doscientos años mi alma rejuvenece…
hasta Luis XIII; y creo ver extenderse
un verde otero que el crepúsculo dora,
Luego un castillo con ángulos de piedra,
vitrales tintos de colores rojizos,
ceñido de grandes parques, y un río,
sus pies bañando, que corre entre las flores;
Luego una dama, en su alta ventana,
con traje antiguo, rubia de ojos negros,
que tal vez en alguna otra existencia
ya la haya visto…¡ y de la cual me acuerdo!
Versión de Pedro Gandía
@Gérard de Nerval
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(1809-1849)
Edgar Allan Poe
"¿Deseas que te amen?"
¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor... un sencillo deber.
Versión de Andrés Ehrenhaus
@Edgar Allan Poe
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(1810-1857)
Alfred de Musset
"El poeta "
¡Oh Musa! ¿Qué me importa la muerte o la vida?
¡Quiero amar y de amor palidecer!
¡Tan sólo por un beso yo daría
la idea que sienta en mi cerebro arder!
¡Quiero, por mi mejilla enflaquecida
de la pasión las lágrimas sentir!
¡Quiero gozar la inexplicable dicha
de, por amar con frenesí, sufrir!
Quiero contar que herido de un engaño
juró no amar mi corazón jamás...
Y ahora es el juramento que hago
no vivir un instante, sin amar...
Corazón desbordado de amargura,
¡despójate de orgullo y de desdén!
Rasga ya la mortaja que te enluta,
vuelve a la vida y al amor también.
Después de haber sufrido -es el destino-
¡ay! es, preciso sin cesar sufrir;
después de haber amado ¡ay! es preciso,
¡amar... y siempre amar... hasta morir!
@Alfred de Musset
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(1810-1842)
José de Esprocenda
"A un ruiseñor"
Canta en la noche, canta en la mañana,
Ruiseñor, en el bosque tus amores;
Canta, que llorará cuando tú llores
El alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
La brisa de la tarde entre las flores
Suspirará también a los rigores
De tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
De la callada luna, tus cantares
Los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
Cual bálsamo suave en mis pesares,
Endulzará tu acento el labio mío.
@José de Espronceda
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(1811-1872)
Théophile Gautier
"A una joven italiana"
Aquel mes de febrero tiritaba en su albura
de la escarcha y la nieve; azotaba la lluvia
con sus rachas el ángulo de los negros tejados;
tú decías: ¡Dios mío! ¿Cuándo voy a poder
encontrar en los bosques las violetas que quiero?
Nuestro cielo es llorón, en las tierras de Francia
la estación es friolera como si aún fuera invierno,
y se sienta a la lumbre; París vive entre fango
cuando en tan bellos meses ya Florencia desgrana
sus tesoros que adorna un esmalte de hierba.
Mira, el árbol negruzco su esqueleto perfila;
se engañó tu alma cálida con su dulce calor;
no hay violetas excepto en tus ojos azules,
y no hay más primavera que tu rostro encendido.
Versión de Carlos Pujol
@Théophile Gautier
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(1814-1841)
Mihail Lermontov
"El puñal"
Yo te aprecio, mi puñal de noble acero.
Te forjó para la venganza el soñador georgiano;
te afiló para el combate el libre circasiano,
mas yo te aprecio, claro y frío compañero.
Una mano de lirio te puso en mi mano
a la despedida, en prueba de amor,
y no fue sangre lo que por ti se deslizó:
fue una gota de llanto, clara perla de dolor.
Y llenos de una tristeza misteriosa,
en mí se detuvieron sus ojos negros.
En la luz temblorosa, al igual que tu acero
se empañó su mirada y lució más hermosa.
Eres mi compañero, prenda de mudo amor.
De ejemplo servirás a mi vida peregrina:
como tú, no he de cambiar, y mi alma altiva,
como tú, amigo fiel, será fuerte en el dolor.
@Mihail Lermontov
...
(1817-1893)
José Zorrilla
"Primera impresión de Granada"
Dejadme que embebido y estático respire
las auras de este ameno y espléndido pensil.
Dejadme que perdido bajo su sombra gire;
dejadme entre los brazos del Dauro y del Genil.
Dejadme en esta alfombra mullida de verdura,
cercado de este ambiente de aromas y fresura,
al borde de estas fuentes de tazas de marfil.
Dejadme en este alcázar labrado con encajes,
debajo de este cielo de límpidos celajes,
encima de estas torres ganadas a Boabdil.
Dejadme de Granada en medio del paraíso
do el alma siento henchida de poesía ya:
dejadme hasta que llegue mi término preciso
y un canto digno de ella la entonaré quizá.
Si, quiero en esta tierra mi lápida mortuoria;
¡Granada!... tú el santuario de la española gloria:
tu sierra es blanca tienda que el pabellón te da,
tus muros son el cerco de un gran jarrón de flores,
tu vega un chal morisco bordado de colores,
tus torres son palmeras en que prendido está.
¡Salve, oh ciudad en donde el alba nace
y donde el sol poniente se reclina:
donde la niebla en perlas se deshace
y las perlas en plata cristalina:
donde la gloria entre laureles yace
y cuya inmensa antorcha te ilumina;
santuario del honor, de la fe escudo,
sacrosanta ciudad, yo te saludo!
@José Zorrilla
...
(1836-1870)
Gustavo Adolfo Bécquer
"Amor eterno"
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
@Gustavo Adolfo Bécquer
"Busca y anhela el sosiego..."
Busca y anhela el sosiego...
mas... ¿quién le sosegará?
Con lo que sueña despierto,
dormido vuelve a soñar.
Que hoy como ayer, y mañana
cual hoy, en su eterno afán,
de hallar el bien que ambiciona
-cuando sólo encuentra el mal-,
siempre a soñar condenado,
nunca puede sosegar.
@Rosalia de Castro
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o elige entre el resto de apartados,
por el que te interese pasear:
- poesía oriental
- poesía griega
- poesía infantil
- poesía latina
- poesía medieval
- poesía del renacimiento
- poesía del neoclasicismo
- poesía hispanoamericana
- poesía contemporánea
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