Orfebrería, "concepto y técnicas"


Determinar el origen etimológico del término orfebrería supone acudir al latín, ya que es de dicha lengua de donde emana aquel. En concreto, podemos decir que procede el vocablo aurifex, que se derivaba de la suma de por dos partes claramente diferenciadas: la palabra aurum, que puede traducirse como “oro”, y el verbo facere, que es sinónimo de “hacer”.


Orfebrería "concepto"

La orfebrería es el arte de labrar objetos, ya sean adornos o utensilios, de metales preciosos o de aleaciones de ellos. El orfebre suele trabajar con oro o plata para desarrollar sus obras.

Actualmente uno de los campos en los que más trabaja la orfebrería es en el religioso. Y es que en aquellos países, por ejemplo, donde el Catolicismo es la religión reinante se requiere multitud de artículos realizados por aquel arte tanto para ornamentar a las imágenes como a las iglesias.

Todo ello sin olvidar tampoco que los orfebres especializados en ese campo también se ven en la necesidad de crear todo tipo de artículos de gran majestuosidad y solemnidad para que los pasos procesionales que salen a la calle en señal de fe luzcan sencillamente espectaculares.

De ahí que en el caso de la orfebrería religiosa destaquen productos tales como coronas para vírgenes, candelabros, potencias para imágenes de Cristo, cruces, hisopos, faroles, varales, estandartes o varas para los palios.

Asimismo hay que destacar que esta rama artística se convierte en clave para las parroquias católicas ya que las mismas requieren de una serie de utensilios realizados por aquella para poder oficiar los correspondientes actos litúrgicos. En concreto, entre dichos artículos se pueden encontrar, en plata o en oro, desde quemadores de incienso hasta palmatorias pasando por conchas para el bautismo o cálices.

La historia de la orfebrería es muy antigua. Ya en la prehistoria (periodo neolítico), los seres humanos elaboraban piezas de cobre, bronce, plata y oro, como vasijas, estatuas y collares.

Necrópolis de Carna (Bulgaría)
periodo calcolítico - 4600 a.C a 4200 a.C -
 Las primeras ornamentaciones eran geométricas, con líneas rectas, círculos y unas pocas curvas.

El primer oro trabajado del que se tenga registro se encuentra en la Necrópolis de Varna, un yacimiento arqueológico en Bulgaria que data del periodo calcolítico (entre los años 4.600 a.C. – 4.200 a.C.).

Allí se hallaron casi un millar de objetos de oro como cetros, brazaletes y collares.

Con el tiempo se lograron desarrollar diversas técnicas de orfebrería.

El proceso comenzó a incluir la fusión del material bruto, el martillado, el batido, el cortado, el acabado y el chapado o dorado. Los ensambles, por su parte, podían realizarse mediante distintos tipos de soldaduras (por difusión en fase sólida, con aporte de aleación soldante, etc.).

Los orfebres actuales apelan a numerosas técnicas decorativas para crear verdaderas obras de arte. Algunas de ellas son:

El embutido (con punzones que permiten curvar el metal),
El estampado (presiones con golpe de martillo para reproducir un dibujo en relieve),
El puntillado (con un cincel),
El granulado (con gránulos de oro soldados)
La filigrana (mediante hilos soldados a una lámina de base)


Con el oro y la plata se fabricaban ya desde la prehistoria,  utensilios muy variados como vasijas, piezas de adorno, joyas, monedas y estatuas siguiendo el estilo, la ornamentación y el gusto propios de la época y de la nación que los elaboraba, como puede observarse recorriendo las principales civilizaciones.

Las técnicas empleadas en el trabajo del oro fueron muy sencillas al inicio. El martillado en frío proporcionaba láminas e hilos que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, pero aún en una época temprana, se utilizaron el calentado y la fusión. Los avances técnicos supusieron una diversificación de las formas.

En la Península Ibérica, a partir del Bronce Final se documentan las piezas compuestas y las primeras aleaciones.


Fusión del material bruto


Obtenido el metal, se prepara en bruto fundiéndolo en un crisol a 1.063 °C para eliminar impurezas, posteriormente se vierte en un recipiente y se deja fundir.


Martillado y batido



Separado el metal del recipiente, se realiza el batido o martillado, para el batido se necesita interponer un material flexible (cuero, tela, etc.) entre el metal y la herramienta para obtener láminas finas y evitar huellas o roturas. El martillado supone golpear directamente el metal para darle forma de lámina, lingote. Al martillar o batir las piezas, estas cambian de dureza y ductilidad debido a las transformaciones sufridas en su microestructura, por lo que se hace necesario el recocido uno o varias veces para evitar que se quiebre la lámina.


Cortado y acabado


El cortado se realiza a través del simple doblado, marcando la línea de corte con una incisión. El acabado generalmente se practica por la cara externa o visible de la pieza y consiste en una limpieza o pulido por fricción o abrasión, valiéndose por ejemplo de arena.



Almas de bronce u otro metal, chapados y dorados


El dorado con panes de oro ya era una técnica empleadas por los egipcios en el III milenio a.C.

El tratamiento de superficie más espectacular es el conocido como «mise en couleur», que consiste en eliminar la capa superficial de cobre haciendo aflorar el oro, empleando una solución ácida del jugo de ciertas plantas y el calor, este procedimiento era adecuando cuando el contenido de oro era alto.

Si las piezas eran de baja ley se utilizaba una solución corrosiva de origen mineral, hablándose entonces de «refinación artificial», que permitía jugar con diferencias acusadas de color.


Uniones mecánicas y ensambles 

Soldadura sin aporte de material soldante
Basada en los distintos puntos de fusión de los elementos a unir.
Soldadura por difusión en fase sólida
Calentando por debajo del punto de fusión.
Soldadura con aporte de aleación soldante
De composición Au-Ag-Cu (Oro-Plata-Cobre).


Vaciado a la cera perdida


Consiste en realizar un modelo inicial en cera de un núcleo con la forma deseada, que se recubre de arcilla; de este modo, al derretirse y quedar eliminada la cera del interior cuando se vierte el oro fundido, se consigue un molde de fundición hueco que, al solidificarse, reproduce la forma del núcleo.

Técnicas decorativas 

Remetido y embutido: 
El repujado se fundamenta en la realización de motivos con un cincel de punta roma para evitar que se corte la lámina, o bien con punzones que permitan curvar el metal sobre sí mismo y definir grietas profundas desde el reverso, para que salgan en el anverso. Si la pieza se trabaja por el anverso sobre un cuerpo ya en relieve, se trata de un «embutido», técnica que requiere trabajar sobre un soporte blando aunque consistente para que la lámina se mantenga fija.

Puntillado:
Esta técnica decorativa se realiza con un cincel desde el reverso de la pieza, obteniendo motivos a base de puntos en relieve por el anverso.

Decoración incisa:
Se consigue mediante la incisión con un buril sobre la pieza y bajo un soporte firme que sujete el objeto.

Estampado:
Consiste en presionar a golpe de martillo con un punzón metálico sobre el reverso de una lámina; en el extremo del punzón se halla el dibujo que se quiere reproducir en relieve. Cuando el punzón deja su marca sólo por una cara del metal se llama «estampación por impresión», mientras que cuando deja un relieve por una cara y un hueco por otra se denomina «estampación repujada».

La Filigrana:
Es un esquema decorativo diseñado mediante hilos que se sueldan a una lámina de base. Para fabricar los hilos hay dos métodos: en un caso, se parte de una lámina cortada en tiras estrechas que se enrollan sobre sí mismas sujetándolas por un extremo, lo que les deja marcas helicoidales de retorcimiento; y en el otro, se realiza un fundido previo en molde para obtener la forma de hilo y después se martillea hasta obtener la sección deseada. Se llama «filigrana sentada» cuando los hilos se sueldan sobre una base, y «filigrana al aire o calada» cuando los hilos se unen entre sí, sin base.

Granulado:
Se basa en el mismo principio, y en él los hilos se sustituyen por pequeñas esferas de oro.

Consiste en soldar pequeños gránulos o esferitas de oro a una superficie formando diversos motivos. Generalmente «filigrana» y «granulado» se combinan entre sí, y a veces también con otras técnicas, alcanzando una gran complejidad compositiva.


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"Joyería"

Es de especial mención comentar dentro de este apartado,  el  mundo de las "joyas"  dentro de la orfebrería, ya que los joyeros más importantes también utilizan diamantes, gemas, zafiros ... y otras piedras preciosas para conseguir obras artísticas de gran valor y belleza.

Una joya consiste en objeto ornamental para el cuerpo, que generalmente se fabrican con piedras y metales preciosos, aunque también se pueden emplear materiales de menor valor. Cualquier tipo de material se ha utilizado para fabricar joyas.

Entre los artículos de joyería cabe mencionar los brazaletes, collares, anillos, pendientes, así como ornamentos para el cabello, entre otros.

Una ciudad muy importante en el mundo de las joyas es la ciudad de Jablonec, en la región de Bohemia Septentrional de la República Checa.


Las joyas no metálicas: 

Se definen como una piedra preciosa mejorada.

Mediante un procedimiento de tallado de alta calidad y precisión, un joyero puede incrementar el valor de la materia prima, en este caso la piedra preciosa.

Su valor se mide por varios parámetros dependiendo de la gema, por ejemplo en el diamante son los siguientes; peso, pureza, color y talla.


Las joyas metálicas:

Son hechas de metales preciosos, como el oro y la plata, además del platino.

En este caso el joyero-orfebre transforma la materia prima en adornos como anillos o aros.

Su calidad se mide en quilates en el caso del oro, en la plata suele ser siempre de ley, teniendo un 925/1000 de proporción.




Las joyas han tenido multitud de usos a lo largo de la historia:

Como símbolo de riqueza.
Uso funcional.
Simbolismo (para indicar estatus o pertenencia).
Protección (en forma de amuleto). 
Expresión artística.

En la mayoría de las culturas, las joyas son vistas como un símbolo de riqueza. Los materiales y el trabajo necesarios para fabricarlas hacen que tengan de por sí un valor intrínseco, el cual las ha hecho susceptibles de ser utilizadas como forma de acumular riqueza en grandes cantidades.

Por ello, se convirtieron en una moneda de cambio válida para todo tipo de transacciones (en culturas como la India formaban parte del rito nupcial, donde la dote se entregaba en forma de joyas de oro).

Muchos de los objetos usados en joyería (por ejemplo, broches y hebillas usados como cierre), originariamente tenían un sentido meramente funcional, aunque posteriormente fueron convertidos en objetos cada vez más decorativos.

También fueron empleadas como símbolos de pertenencia a un grupo, como puede ser el caso del crucifijo cristiano o la estrella de David del judaísmo, o bien como símbolo de estatus (por ejemplo, el collar de la Orden del Toisón de Oro o la práctica en la cultura occidental de llevar un anillo de boda durante el matrimonio).

El uso de amuletos y medallas religiosas para protegerse del mal es común en algunas culturas; pueden tomar forma de símbolos (como el Anj), piedras, plantas, animales, partes del cuerpo (como la jamsa), o los glifos (por ejemplo la caligrafía de las suras en el Corán del arte islámico).

Aunque la manifestación artística ha sido claramente una función de la joyería desde el principio, las demás funciones descritas anteriormente eran las más importantes.  No fue hasta finales del siglo XIX, con el trabajo de maestros como Peter Carl Fabergé y René Lalique, que el arte comenzó a prevalecer sobre la función y la riqueza.  Esta tendencia ha continuado en los tiempos modernos.


Materiales y métodos

Tradicionalmente en la creación de joyería se usaban materiales valiosos como pueden ser piedras preciosas, monedas, que se solían colocar en combinación con metales preciosos en estado puro o en forma de aleaciones, ya que éstas existen de casi todos los metales conocidos.

El bronce, por ejemplo, era comúnmente utilizado en la época de los romanos.

La joyería fina moderna incluye oro, platino, paladio, titanio, o plata. La mayoría de la joyería hecha en América y Europa se realiza con una aleación de oro, cuya pureza se mide en quilates, indicado por un número seguido de la letra "K".

La joyería de oro en América debe tener al menos 10 K de pureza (41.7% de oro puro), (aunque en el Reino Unido, son 9 K (37.5% de oro puro)), pero es normal encontrar joyas por encima de los 18K (75% oro puro). Niveles de pureza más elevados son menos comunes, como las aleaciones de 22 K (91.6% oro puro), y 24 K (99.9% oro puro), que se consideran demasiado blandas para su uso en joyería en América y Europa. No obstante, estas aleaciones tan puras son empleadas de forma extendida en Asia, Oriente Medio y África. Las aleaciones de platino tienen un rango que oscila entre 900 (90% pureza) a 950 (95.0% pureza). La plata usada en joyería suele ser la plata sterling, con 92.5% de plata pura. En bisutería, otro material empleado es el acero inoxidable.


Otros materiales comúnmente empleados incluyen vidrio, como en el caso particular de los esmaltes, madera, trabajada de múltiples formas, conchas y otros productos de origen animal (hueso, marfil); arcilla; polímeros modelables; e incluso materiales plásticos.

En cuanto a técnicas, las cuentas perforadas son usadas frecuentemente en joyería.

Éstas pueden ser de cristal, piedras preciosas, metal, madera, arcilla... Este tipo de trabajo abarca collares, brazaletes, pendientes, cinturones y anillos.

Las cuentas pueden ser grandes o pequeñas; las más pequeñas son conocidas como abalorios, que unidos forman una especie de tejido característico.

Hay varios métodos, uno es una técnica de bordado donde los abalorios se cosen sobre soportes de tela para crear collares y brazaletes. El bordado de abalorios, que fue un trabajo manual muy popular durante la época victoriana, está disfrutando de un renacimiento en la joyería moderna. Este tipo de joyería es además muy popular en muchas culturas africanas.

Murano y otros maestros venecianos evolucionaron el trabajo con vidrio, tanto en la fabricación de cuentas como en la elaboración de nuevos materiales como por ejemplo el cristal veneciano, cristales con partículas de cobre (piedra oro), o coloreados formando dibujos (millefiori), el vidrio lattimo, o bien imitación de piedras preciosas. En el siglo XIII, el cristal de Murano y las cuentas hechas de este cristal fueron muy populares.

Los métodos usados en platería, orfebrería y engastado incluyen la forja, fundición, soldadura, corte, esculpido y las "uniones frías" (usando adhesivos, cierres y remaches para unir las diferentes partes)



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