Hace muchos, muchísimos miles de años, ...
"la prehistória y la caza, ... con el perro" |
Se siguen realizando estudios para datar con la mayor exactitud posible la existencia del perro como compañero del hombre y poder probar que los hombres llegaron con los primeros canes a América hace apenas diez mil años, varios miles de años después de las primeras migraciones realizadas por humanos, estimadas hace unos 13 o 15 mil años. El trabajo , realizado por estudiantes de la universidad de Illinois y publicado en el Journal of Human Evolution, analizó las características genéticas de los restos de 84 perros enterrados en más de una docena de sitios en Norte y Sudamérica. Las muestras, provistas por centros antropológicos de distintas instituciones de Estados Unidos, permitieron recoger el ADN mitocondrial de varios especímenes enterrados, que permitió trazar líneas directas entre diferentes poblaciones.
Uno de los hallazgos consistió en cuatro nuevas “firmas genéticas” en estos perros, que señala un origen más diverso del que se pensaba hasta ahora. Pero la conclusión más sorprendente, sin embargo, sostiene que esa misma diversidad genética data de hace unos diez mil años: este sería, entonces, el comienzo de la historia del ser humano y los perros prehistóricos en las tierras inexploradas de América. Si las fechas son correctas, estos grupos de Homo sapiens –en compañía de algunos ejemplares de la familia de los Canis lupus familiaris– habrían cruzado hacia este continente desde el llamado puente de Beringia algún tiempo después que los primeros hombres prehistóricos. Y, aunque el cruce en conjunto se haya demorado un poco, no hay que quitarle mérito a la hazaña. "Los perros son uno de los primeros organismos que migraron con los humanos a todos los continentes", dice Kelsey Witt, directora del estudio, "y creo que eso dice mucho sobre la relación que los perros han tenido con los humanos".
El Cynodictis se presentó en varias especies pero en general su aspecto anatómico era de un cuerpo largo, flexible, con miembros relativamente cortos, provistos de cinco dedos y dotados de uñas parcialmente retráctiles mostrando características muy primitivas..Hace unos 10 millones de años en América del Norte vivió otro perro, el Daphoenus que sus características eran de una mezcla entre perro y gato, ya que su esqueleto se asemeja al de un felino pero su cráneo al de un perro o lobo, luego aparece el Mesocyon del que se conocen varias especies, muchos paleontólogos consideran al Mesocyon como el antepasado directo de otros dos cánidos el Cynodesmus, un corredor por excelencia y el Tomarctus, cuyo cráneo se asemeja a las variedades caninas actuales que también era un buen corredor y con aspecto de tejón. El canis , término con el cual además del can doméstico, se designa al lobo, el chacal, el zorro, es decir todas las especies pertenecientes al género Canis aparece en Europa, Asia y África hace diez millones de años y en América del Norte hace apenas un millón de años.
En Europa se han hallado restos de cánidos, descendientes de los antiguos animales ya nombrados y muy emparentados con los cánidos, entre ellos el Canis falconeri, un lobo aunque con un cuerpo grande pero no muy feroz, que lo asemejaba por sus hábitos alimenticios (carroña) a una hiena aunque su apariencia era de lobo, luego estaba el Canis arnensis de aspecto exterior semejante a el chacal. El lobo denominado Canis lupus apareció hace cinco millones de años aunque era un carnívoro de tamaño más pequeño que el lobo actual, muchos creen que el antepasado más reciente del perro fue el lobo, lo cual no carece de fundamento la discusión está en que puede parecer extraño por ejemplo, un lobo y un pequines puedan pertenecer a la misma especie pero existe al teoría de probables mutaciones debido a diferencias de alimentación. También se sostiene que en la evolución del perro actual hubo innumerables cruzas entre perros con sangre de lobo y perros con sangre de chacal.
Pat Shipman Adjunct Professor of Anthropology |
Shipman apunta que la mayoría no fueron víctimas de accidentes o desastres naturales. En su opinión, debió desarrollarse una nueva técnica de caza que permitió capturarlos más fácilmente. De hecho, un equipo de expertos coordinado por la paleontóloga Mietje Germonpré, del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales, ha determinado que los fósiles de carnívoros que han aparecido en muchos de esos asentamientos pertenecen a grandes perros, y no a lobos, como se sospechaba. “Ayudaban a los cazadores a encontrar antes a la presa y podían rodear a los animales más grandes y retenerlos en un punto hasta que los humanos se hacían cargo de la situación. Todo ello aumentaba las posibilidades de éxito de la cacería”, señala Shipman. “Podían transportar las piezas hasta lugar seguro o proteger los restos de otros depredadores si esto no era posible, lo que permitía a los cazadores acampar in situ. De este modo, realizaban más capturas, aumentaban su ingesta de proteínas, reducían su gasto energético y la población podía crecer con mayor facilidad”.
Posiblemente el encuentro del perro con el hombre comienza en Europa en la era intermedia entre el paleolítico y el neolítico, hace unos quince mil años, es probable que descienda del Tomarctus, predador abuelo del lobo y del chacal. El perro doméstico o Canis familiaris, denominado de esta forma por Linneo un naturalista del siglo XVIII y pertenece a la familia de los cánidos. Este contacto entre el hombre y el perro se mantendrá por miles de años y se irá haciendo cada vez más íntimo como se manifiesta en la era actual, donde el perro se lo considera por la sociedad de muchos países como un miembro más de la familia que eligen convivir con él.
Al Canis Familiaris Putjani, primera raza conocida, le sigue otro perro, el Canis Familiaris Palustris, llamado de las turberas . Este perro tenía un comportamiento activo, alerta y a veces agresivo entonces se convertía en un excelente ayudante en la cacería y en la guarda de los asentamientos, este animal ya está presente dos mil años antes de la primera gran civilización egipcia y se distribuirá en la tierra hacia cuatro destinos. Hacia el Este (Rusia, Europa Central y Asia), el Sudeste (Oriente Medio), el Oeste (Islas Británicas) y el Sur (España), en este país actualmente se puede encontrar un perro con características similares. De España pasa a África de Norte donde los cánidos no existían. En Alemania Occidental se encuentran frescos rupestres que muestran un perro tipo spitz, de orejas erectas y cola enrollada sobre la espalda que sin duda se trata de un perro de las turberas.
En la "edad del bronce" existían cuatro tipos de perros. En esta etapa de la civilización aparece el Canis Familiaris Inostranzewi , ancestro de los molosos, del dogo del Tibet, del perro de los Pirineos, del Terranova y de todos los perros pastores. También surge el Canis Familiaris Metris Optimae , cánido que acompañaba a los asiáticos artesanos forjadores y fundidores que introducían en Europa sus utensilios y armas de metal. Animal respetado porque se lo reconoce como antepasado del pastor persa, el pastor alemán y de otros perros pastores, el Metris Optimae se parecía bastante al perro salvaje australiano conocido como dingo. El Canis Familiaris Intermedius se identifica con el fin del período prehistórico. Se cree que se cruzó con el perro de las turberas y el lobo los que estarían expresados en su descendencia en los perros de trineo como el samoyedo con la cola enrollada sobre la espalda del spitz y los ojos del lobo. Con el Canis Familiaris Leineri se manifiesta un animal refinado de origen desconocido que es el lebrel que algunos naturalistas han admitido la posibilidad que podría haber sido engendrado por la cruza de perros y chacales.
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